Una vez se alejaron los lobos se acercaron todos al cuerpo que yacía inconsciente en el suelo. Wolmer se apresuró a darle golpecitos con un palito en un costado. Antes de que pudieran hacer nada más, Ruibardo había tomado la olla de Nonoramix y arrojó su contenido sobre el pobre compañero de Javillanes, que de un sobresalto se despertó diciendo en alta voz:
-"Ay va la ossstiaaaaa.... Javillantxuuu!!!"
- ¿Veis como la receta era bilbaína?- dijo Nonoramix.
- Sí, y además era nuestra supuesta comida para mañana - añadió Castañulfa lanzando una mirada de reproche y resignación al trovador que reía tímidamente su travesura "ji-jiji-jiji".
Volvieron a encender la hoguera porque decidieron hacer guardias en lo que quedaba de noche, debían estar alertas ante otro posible ataque de los lobos. Las preguntas y respuestas de los extraños viajeros las dejarían para la luz del día. Castañulfa fue la primera en hacer guardia, afilaba una navaja mientras silbaba en voz baja una canción. Pero los lobos no volvieron a hacer acto de presencia, quizás heridos en su orgullo animal, vencidos por aquella pandilla de andrajosos y miserables nómadas vagabundos.
El extraño viajero Maxfurther fue el primero en despertarse con la temprana luz del día, al incorporarse hizo el ruido suficiente para que Castañulfa también saliera de su sueño ligero y se pusiera inmediatamente en alerta. "Buenos días" se tranquilizó en responder a aquella extraña nueva presencia. Gesto que Maxfurther respondió con un "Buenos ..sí,... esto... hay café?". Castañulfa puso cara de extrañeza ante la pregunta: "Aquí nos queda ya poco a lo que llamar alimento, y encima el "desafinado" te lanzó lo poco que nos quedaba para llevarnos a la boca. Tendremos que ir al poblado a buscar algo". Al mismo tiempo se sacó de uno de los bolsillos ocultos en sus ropas un pequeño frasco de líquido que le ofreció al desconocido sin mirarle a la cara: "Es un poco de licor que robé a un viejo monje y guardaba para emergencias". Maxfurther dió un buche. No estaba mal del todo.
El resto de compañeros andaban desperdigados alrededor... Al parecer Nonoramix había sido el último en hacer guardia pero se había quedado dormido sentado, apoyando la cabeza ligeramente en el hombro de Javillanes que estaba también dormido sentado a su lado. Castañulfa no se enterneció con la imagen y lanzó una piedra al tronco del arbol justo encima de sus cabezas. El ruido despertó primero a Javillanes quién al moverse le hizo perder el apoyo a Nonoramix y darse un golpe contra el suelo. Se incorporó como si nada y dijo: "Alguien quiere una seta?" (estaba muerto de hambre). Wolmer y Ruibardo seguían durmiendo y roncando en una especie de dueto en el que se contestaban con gruñidos y quejidos. Balú hizo acto de presencia acercándose a su dueño y lanzando un tierno cabezazo sobre el hijo de Pacomer, quién abrió un ojo ante la intromisión y al ver a su dragón volvió a cerrarlo como si nada. Pero ya era consciente de los sonoros ronquidos de Ruibardo y no lograba volver a conciliar el sueño, así que con gran delicadeza le dió una cariñosa patada al trovador en las piernas al ritmo de "Despierta ya de una vez gandul!". Nada. Hizo un gesto con la mano a su dragón y éste lanzó una leve llamarada sobre el lugar donde descansaban los pies del trovador. Comenzaron a arder sus botas y ante el olor a quemado, sin abrir los ojos, Ruibardo soltó un: "Ummm barbacoa... yo quiero..." pero inmediatamente se sobrepuso a tiempo para gritar y apagar el fuego antes de quedarse sin calzado. "Cabrones!!!".