- ¿Veis como la receta era bilbaína?- dijo Nonoramix.
Perturbad@s.com
Este proyecto nació de la idea de un grupo de amigos con las mentes muy perturbadas. Componemos historias encadenando nuestras aportaciones individuales por turnos. Hay libertad de expresión siempre que se mantenga algo de coherencia entre parte y parte. ¿Quieres participar con tu creatividad? Pues contacta. Saludos del equipo y esperamos os gusten nuestras perturbadas historias ;)
lunes, 4 de enero de 2010
Esto no es una historia de terror medieval (5) by yiyuuna seishin
- ¿Veis como la receta era bilbaína?- dijo Nonoramix.
domingo, 3 de enero de 2010
Historia de terror medieval (4) by Wolo
martes, 29 de diciembre de 2009
Esto no es una historia de terror medieval (3) by Edeldir
el sol se oscurecerá
y el grajo volará bajo...
pero en el momento del triunfo, las estrellas,
las apartadas e indiferentes estrellas vendrán a mi!"
Nonoramix recitaba estas palabras mientras removía una extraña mezcla rojiza entre seta y seta devorada.
- Llevas tres días removiendo esa puta mierda-dijo Ruibardo en un tono burlón y pendenciero-. Se puede saber que es? Un hechizo? un potaje? Nos traerá riqueza y fortuna, o si no alguna moruna? (Ante este último comentario Castañulfa acaricio una piedra, pero ante la cara de pánico de Ruibardo se contuvo)
Pues es comia-anunció Nonoramix- Una antigua receta bilbaína que me pasó un audaz montaraz nacido en el Norte. Allí lo llaman salmorresku. La receta se basa en dos tomates, cinco kilos de pan y algunos ajos.
Pero eso es...eso es una puta barbaridad de Pan!
En ese momento se escuchó un grito estremecedor. El más valiente caballero hubiera palidecido en su semblante al oírlo. Nonoramix casi tira la olla y Ruibardo susurro - Madre miiiaaaa!
Debe ser el viento-dijo Castañulfa- Nonoramix y Ruibardo abrieron los ojos como platos- si eso es el viento, como mínimo lo están acuchillando-dijo Nonoramix aún atónito. Wolmer empezó a jugar con un palito.
De nuevo el grito estremecedor. Y unas voces de fondo que parecían decir:
- "cuidaooooo con el cuelloooooo, cuidaoooooo!"
- "Lalalalalalalalala"
Algo se movió entre los arbustos. Los tres se acercaron a la hoguera. Castañulfa pillo una piedra y sacó su navaja, Nonoramix saco una barra de pan durísimo y Ruibardo comenzó un extraño bailecillo, a su bola.
De repente, de la oscuridad surgió un tipo moreno de mas de dos metros y medio que se abalanzó a gran velocidad hacia a ellos. Se apartaron, y el intruso pareció tropezar cayendo de bruces contra el suelo. Balu lanzó una llamarada a la cara del desconocido.
/***Onomatopeya de llamarada***/
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaah! Gran bola de fuego mi quemar!- Entonces el enorme tipo se incorporó y era un muchacho normal, que estaba montado sobre un extraño artilugio con ruedas, de discos montados unos sobre otros, a modo de torre de Hanoi.
Quien eres!-Dijo Castañulfa-Hablas nuestro idioma?
Si, hola, soy Javillanes, el viajero del tiempo. Me deslizaba a través de un vórtice para alcanzar Avalon antes de la amenaza. Donde esta mi compañero? Él saltó antes de que el P.P. (N. del A.) impactara.
- Viajero del tiempo? Este chaval se ha dao en la cabeza.
- No, por favor escuchadme, tengo que llegar a Avalon.
- Avalon? Eso no es un grupo de trovadores? - Dijo Wolmer
- Avalon esta a seis días de camino, y en plena noche no vas a atravesar el bosque. Ya es tarde para pedir hospedaje en el pueblo. Quédate con nosotros al raso, hace buena noche. Mañana te indicaremos el camino y quizás tengas la mente mas despejada.
Se recostaron junto al fuego. Castañulfa le susurro a Ruibardo - permaneced atentos, no me fío de él.
- Que no te fías de quién? dijo Ruibardo a voces.
Castañulfa buscó consuelo al otro lado de la hoguera, pero solo encontró a Wolmer metiendole el palito que encontró por la oreja a Nonoramix. Suspiró con resignación y se durmió pensando "Que sea lo que Dios quiera".
(N. del A.) Extraño artilugio del futuro. A veces, querido lector, las notas de autor no sirven para nada ;)
lunes, 30 de noviembre de 2009
Esto no es una historia de terror medieval (2) by yiyuuna seishin
- Déjate de canciones que sólo vas a conseguir que nos echen de otro poblado más- espetó Castañulfa que estaba sentada junto a Nonoramix. Su mirada inteligente y su apariencia desaliñada presentaban a una ladronzuela trotamundos sin hogar ni oficio concreto. Poseía instinto de supervivencia y nunca hablaba de su familia ni de su pasado, por lo que todos sospechaban que escondía algún que otro secreto...
Los cuatro amigos conversaban mientras la noche avanzaba y los habitantes del poblado se iban ordenadamente recogiendo en sus aposentos. La figura de una joven aldeana apareció de repente y se aproximó al grupo:
- Buenas noches, me llamo Victoria. Mi marido y yo nos preguntábamos si dispondríais de algún refugio para pasar la fría noche. Podemos ofreceros sitio en nuestro establo, aunque no tenemos mucha comida para compartir.
Todos se miraron sorprendidos ante tanta amabilidad y dudando de quién daría respuesta. Ruibardo casi que empezó a decir que sí con la cabeza y a recoger sus pocas pertenencias cuando Wolmer habló:
- Agradecemos vuestro amable gesto pero estamos acostumbrados a dormir a la intemperie, además somos ruidosos - esto lo dijo lanzando una mirada al trovador- y no queremos causar problemas.
Acabando esta frase Nonoramix aprovechó para masticar a escondidas otra seta rara...
- Muy bien como queráis si necesitáis cualquier cosa, nuestra casa es aquella- dijo señalando un punto con su mano que en la oscuridad no se distinguía para nada- que Dios os aguarde.
Castañulfa reprimió una risa ante la última frase y todos vieron cómo se alejaba la joven. Los lobos volvieron a aullar.
viernes, 27 de noviembre de 2009
Esto no es una historia de terror medieval (1) - Wolo
Esto no es una historia de terror medieval.
Era una noche de luna llena, los lobos aullaban en el bosque, no lejos del poblado. Las hogueras todavía estaban encendidas, aunque comenzaban a disminuir su luz al no ser ya alimentadas. Al refugio del calor y la seguridad de la llama, se encontraban un grupo de viejos amigos, en su mayoría. Con los rostros algo cansados se resistían a dar fin a sus discusiones sobre la vida.
- Te lo juro, había mas de cien catapultas. - Dijo Wolmer hijo de Pacomer, descendiente de un linaje de jinetes de dragón, fue repudiado de la familia por no sacarse la licencia de dragón a la primera, aunque ahora tenía un dragón de segunda mano, llamado Balú, un poco estropeado fisicamente, al menos servía para volar o para algo parecido.
- Que no hombre, ya quisieras, en la vida vas a ver tanta catapulta junta, además no me creo que ese bicho sobrevolara nada. - Esto lo dijo Nonoramix, supuesto druida, solía elaborar pocimas con hierbas y setas que llevaba siempre encima, se supone que tenían algun efecto benefiocioso, pero lo único que había conseguido era perder trozos de barba, dandole un aspecto peculiar.
- Que no dices...
- Tiii tiii tii ti ti - los interrumpió un tipo que llegaba andando con andares de Chaplin mientras chasqueaba los dedos - ¿una cancioncilla? que esto que hablais es basura. -Se llamaba Ruibardo, trovador frustrado, siempre había querido una mandolina, pero lo único que había conseguidoera un uquelele. Su pasado estaba manchado por un asunto de plagio de serenatas con un tal Miguelangelo Bosé, por lo que decidió salir a recurperar su honor buscando aventuras que relatar. Por ahora solo había conseguido una pedrada en un experimento sociológico de la cuarta acompañante, Castañulfa.
PD: El primer parrafo es obra de yiyuuna
Misha en stand by
Hasta pronto.
lunes, 9 de noviembre de 2009
Misha 11 (clairvoyager)
El singular grupo que ahora mantenía a Misha cautiva en la cabaña en medio de la nada era singular. Había dos hombres, uno joven, con barba y gorro azul, con cara de pocos amigos, y otro mayor que era el que se había dirigido a ella hasta el momento, con gafas de cocha y cara redonda y colorada. El trío lo completaba una mujer con cara alargada y ojos negros penetrantes.
La cabaña era muy pequeña, solo una habitación con una mesa redonda de madera en el centro con 4 sillas, una chimenea al fondo, un fregadero con un mueble bajo a un lado, y una pila de mantas y esterillas al otro lado. Una ventana a cada lado de la casa y una alfombrilla bajo la mesa completaban el panorama.
Una vez que estuvieron los cuatro en el interior de la cabaña y la puerta cerrada, el hombre que parecía el líder invitó a Misha con un gesto a tomar asiento junto a la mesita. Él se sentó también. El hombre joven permació de pie y miraba nerviosamente por la ventana, mientras que la mujer permació de pie en medio de la habitación.
-
Vamos Natasha, ofrécele algo de comer a nuestra invitada - dijo el hombre de la cara redonda sonriendo a Misha.
La mujer emitió un gruñido de reprobación ante la orden del jefe y se volvió hacia el armario bajo el fregadero buscando en su interior.
Debes disculpar sus modales, no está acostumbrada a tratar con gente distinguida como usted señora Bernard – dijo el hombre de la cara redonda con una sonrisa de oreja a oreja.
Tendió la mano a Misha y dijo con voz suave:
- Mi nombre es Noah y necesitamos su ayuda.
A Misha le pareció mala señal que fuera conociendo sus nombres, quizás no pensaban dejarla con vida. Pero, ¿y si eran amigos despues de todo? ¿Por qué necesitaban su ayuda? ¿Qué podía tener ella que ellos quisieran? ¿Tenía esto que ver con la desaparición de Eric? Por el momento, decidió que lo mejor era guardar silencio y esperar. Asintió con la cabeza al hombre de las gafas de concha pero no tomó su mano. Noah recogió la mano sin flaquear en su sonrisa, si bien con un cierto cambio en el brillo de sus ojos.
Mientras tanto, Natasha colocó, o más bien dejó caer sobre la mesa, delante de Misha, un hatillo de tela blanca, una botella de líquido blanco en un vídrio transparente y un vaso de cristal turbio. A continuación tomó asiento al lado de Misha, a horcajadas sobre una de las sillas con el respaldo junto al pecho. Miraba a Misha con la cara doblada y el gesto serio. Misha rehusó el contacto ocular y prestó atención al contenido que había puesto sobre la mesa.
Estaba ciertamente hambrienta. Abrió el hatillo de tela, que contenía un trozo de pan seco, pero en buen estado. Examinó por un momento la botella y determinó que debía ser vodka. Arrancó un pellizco de pan y se lo metió en la boca. Seguidamente bebió un buche de la botella, apartando el vaso a un lado.
Vamos, ponle la cinta – apremió el joven junto a la ventana.
Sí, será mejor que vayamos al grano - dijo Noah.
Acto seguido sacó una grabadora de casete de una bolsa que llevaba y la colocó con cuidado encima de la mesa. A continuación presionó el botón con la inscripción en verde de “PLAY”.
A Misha por poco se le cae el mendrugo de pan de la boca cuando oyó la voz de Eric.
Hola cariño – hubo una pausa. De fondo se escuchó el sonido de una sirena y como el rumor de un tumulto no lejos del lugar de la grabación. A continuación, un profundo suspiro.
Si escuchas esto es que me han atrapado y probablemente estoy muerto – continuó la voz. Ante todo perdona por lo que te he hecho pasar estos últimos meses o incluso años. Me he metido en algo donde no debía meterme y... - la voz pausó unos segundos- … me he visto sobrepasado. Bueno, nunca se me han dado bien las despedidas así que iré directamente al asunto. Estás en peligro. Yuri debería hacerte llegar esta cinta. Tienes que salir de Rusia, buscar un sitio donde no te encuentren, no sé, Ecuador o Sudáfrica. No será fácil pero tienes que ser valiente. Verás, todo empezó en la reunión en el hotel Wacheng Huafu hace un par de años. Allí conocí a ...
Luego el sonido se volvió ininteligible. Eric seguía hablando pero sus palabras no eran distinguibles. El sonido del tumulto de fondo era demasiado alto de pronto como para distinguir nada. Luego, se escucharon disparos y la cinta cesó. Durante unos segundos, solo el sonido de la cinta en blanco rodando sobre el casete flotaba en el ambiente. Luego el jefe del trío captor presionó el rojo botón de “STOP”.
¿Dónde estaba Eric cuando grabó esa cinta? ¿Cuál es el contenido que falta? - Misha rompió el silencio con desesperación, los músculos de su cuello tensos y los ojos muy abiertos.
- Bueno, señora Bernard, esperábamos que usted pudiera decírnoslo - dijo el hombre de las gafas de concha.
- Mierda, nos han descubierto, hay que largarse de aquí – dijo el hombre joven desde la ventana.