(Música para acompañar la lectura)
"Somos actores que entran en el escenario sin tener ningún papel estudiado de antemano, ningún cuaderno con el argumento, ningún apuntador que nos pueda susurrar al oído lo que debemos hacer. Tenemos que elegir por nuestra cuenta cómo queremos vivir" Sartre
"Somos actores que entran en el escenario sin tener ningún papel estudiado de antemano, ningún cuaderno con el argumento, ningún apuntador que nos pueda susurrar al oído lo que debemos hacer. Tenemos que elegir por nuestra cuenta cómo queremos vivir" Sartre
El escenario que contempló Misha tras acostumbrar de nuevo sus ojos a tanta luz, no la tranquilizó. Tres encampuchados con pasamontañas la observaron, deteniendo su conversación por un instante, como para comprobar si estaba o no consciente, y seguidamente uno de los tres entró para sacarla fuera. Misha trataba de extraer toda la información que pudiera de todo lo que le estaba sucediendo tan rápidamente, cualquier detalle que más adelante quizás la ayudara a recomponer este incoherente y atropellado puzzle de acontecimientos. Uno de los encampuchados llevaba gafas de concha, la luz cegadora que reflejaba la nieve, lanzaba destellos en aquellas gafas tras el que se ocultaba al parecer el cabecilla del grupo, pues nada más bajar del camión comenzó a dar órdenes a los otros dos en una lengua que a Misha le pareció de alguno de esos países del Este (eslovaco, rumano?...). Luego se dirigió a ella hablándole en su idioma con un tono de lo más amable, terroríficamente amable le pareció a ella:
-"Señora Berland",- Berland era el apellido de Eric- "si usted colabora y no nos pone las cosas difíciles, yo me encargaré de que se la trate como es debido. Si por el contrario, se porta mal, me veré obligado a no ser tan amable"- subió el tono al pronunciar la palabra amable- "con usted. Lo ha entendido ¿verdad?".
Habían comenzado a caminar los cuatro, mientras el hombre de las gafas de concha hablaba, dirigiéndose a una especie de cabaña o refugio en mitad de la nieve. Misha lo observaba todo disimuladamente, aquel paraje era desolador, estaban en mitad de una naturaleza blanca que no daba ninguna pista del lugar, ni se adivinaban otros signos de civilización cercanos. Aquella visión de amplitud y extensión la hizo recuperar por un instante aquella oxidada sensación de libertad, aunque el sentimiento le duró poco al darse cuenta de que seguía atrapada, simplemente estaba cambiando de "cárcel". Logró parar sus pensamientos, había estado prestando la mínima atención necesaria a las pausadas palabras de aquel hombre para contestar afirmativamente a su pregunta con un gesto de su cabeza, pero no logró pronunciar ninguna palabra de su boca.
- "Buena elección"- se limitó a añadir aquel hombre.
Entraron en el refugio cerrando la puerta tras de sí. Los encapuchados, algo más relajados, se quitaron los pasamontañas. Eran dos hombres y una mujer, ninguna cara conocida para Misha, aunque trató de recordar si alguno de ellos quizás estuviera en aquella foto que había visto. El hombre de las gafas de concha ahora la miraba satisfecho, con una amplia sonrisa en su rostro:
-"¿Tiene hambre señora Berland?"-
¡Hola! A mí me gustan tus entradas, tienen un estilo fluido que envidio, cuando escribo tengo la impresión de ir a trompicones. xDD Lo de si Eric está muerto o no no lo sé. Yo lo que entendí de las anteriores entradas es que desapareció y más tarde lo asesinaron (o eso suponemos). Misterio, uhhh.
ResponderEliminarGracias, pero tu estilo a mi no me ha parecido eso ni mucho menos. Por cierto que la canción que he puesto es pelín larga, sólo es para que escuchéis el comienzo que creo que le pega a la parte de la historia que he escrito. Fluido? Creo sinceramente que mi estilo deja espacio a muchas mejoras jejeje Me alegra os guste ^^
ResponderEliminarAcabo de leerlo todo entre partidas de Wii. Esto es una jod... genialidad. Si poneis el listón mas alto, empezaré a pasar por debajo xDDDD
ResponderEliminar¡Qué giro más chulo a la historia!
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